Bebo
un agua oscura
en
el vaso de la incertidumbre
todos
los sentidos.
La
bitácora no está
en
el centro de la circunferencia
ni
en sus bordes
pues
el reino del azar
desteje
el camino avanzado.
Camino con alforjas de aire
y un globo encendido
y un globo encendido
soy
candil que parpadea
en
medio de la selva y sus secretos.
El
hilo de Ariadna
yace
ovillado en manos invisibles.
Del libro, El orden de otros días, 2016